De la serie El Jueves Investiga: ‘¿Qué fue de...?’
Los muñecos de Mari Carmen: «¿La señora aquella? ¡Hace tiempo que la mandamos al asilo!»

Quién no recuerda a esos simpáticos guiñoles que alegraban las noches de TVE en programas de variedades como Aplauso o Sábado noche: Doña Rogelia, Nícol, eh... Daisy... Doña Rogelia... ¡Vale, cierto, nosotros no los recordábamos hasta que hemos acudido al domicilio de la entrañable ventrílocua Mari Carmen Martínez-Villaseñor para esta entrevista! Pero, para sorpresa nuestra, ella es la única persona con quien no hemos tenido el placer de hablar.
«Mari Carmen... Mari Carmen... No, si el caso es que me suena, ¿eh?», intenta recordar la eterna adolescente Daisy, haciéndonos esperar en el porche, bajo la lluvia. Del interior de la casa nos llega el rumor de una discusión doméstica, que crece hasta convertirse en el estruendo de una pelea en toda regla, con cristales rotos e insultos impropios de ser aquí reproducidos. Por fin, el patito Nícol aparece en la puerta, llevando aún un puño americano en el ala. «¿Mari Carmen? Ah, ¿quieres decir la vieja? ¡Ya no vive aquí! O a lo mejor no vive en ningún sitio; no estoy seguro. Le enviamos un christmas y no respondió. O a lo mejor no se lo enviamos, no me acuerdo.» Daisy recuerda los tiempos en que “la vieja” solía ser Doña Rogelia (a quien ahora oímos refunfuñar en la cocina, con gran estrépito de vajilla), no «la tía Mari Carmen» . «El problema es que los humanos envejecéis mucho peor que los muñecos de madera», filosofa Nícol. «La pobre mujer estaba ya gagá perdida, no nos salían bolos... Y nosotros, bueno, no podíamos atenderla porque... porque no nos apetecía mucho, francamente. Así que al final la mandamos a un lugar mejor. Sin matarla, ojo», se apresura a puntualizar. En ese mismo momento, oímos un improperio de Doña Rogelia, un sartenazo, y sale disparado por la ventana el león Rodolfo: ¡ese era el que no recordábamos!
Pese a haberse separado de su creadora, puede decirse que los muñecos de Mari Carmen continúan en el mundo del espectáculo. Su vida en común en el hogar de la ventrílocua, a las afueras de Murcia, es una digna actualización de la serie británica The Young Ones, y de lo mejor que hemos visto en comedia española. Daisy es egoísta y cantamañanas; Rodolfo, pusilánime y abusable; Nícol, conspirador y maquiavélico; y Doña Rogelia reparte hostias como panes. Mientras tomamos el té con ellos nos hemos reído más que con todos los audiocasetes de Mari Carmen que aún pueden comprarse en las gasolineras. Salimos de la casa planeando venderle la idea para una sitcom a la BBC. ¡Gracias, Mari Carmen, donde quiera que estés: tu legado humorístico no desaparece!