Se disuelve la Trinidad
Muere Ángel Cristo; quedan Joselito y Maradona

Para algunos eran hermanos trillizos; otros, más paranoicos, aseguraban que los tres eran la misma persona. Una teoría intermedia les comparaba con una encarnación moderna de las moiras griegas: tres individuos que compartían una misma barriga y una misma pelusa. El caso es que, como en todo trío, uno de sus miembros ha renunciado antes de tiempo para dejar tras de sí a un dúo desconsolado.
Ángel Cristo era una criatura del circo. Hijo de una contorsionista y un trapecista, él escogió la carrera de domador. Fundó su propia carpa, que llegó a ser muy prestigiosa; su espectáculo de doma de fieras junto a Bárbara Rey (la cual se alineaba con los leones o con su marido, según cómo tuviera el día) se hizo tan célebre como sus numerosos accidentes laborales, que en su gremio suelen ser más graves que en el de la cría de bonsáis, por decir algo.
Como sus presuntos hermanos, Ángel no se llevó bien con el alcohol y otras sustancias. Es decir, fueron amigos, las sustancias y él, pero como suele ocurrir, las sustancias le maltrataron. En la última década, pese a que el estado deplorable de sus fieras era objeto de denuncias por parte de defensores de los animales, pocos se apiadaron del propio domador, que mostraba un desaliño parecido. Pese a todo, aún era, junto con Torrebruno, uno de los dos bajitos de referencia de toda una generación de kiddults. Como a Michael Jackson, quizá, la memoria le inmortalizará en su momento de héroe infantil; no antes, ni después.