Periodista deportivo manipula la foto de un radar para ahorrarse la multa
Si es habitual en su trabajo, ¿por qué no en su vida personal?

Madriz. — Alonso Borborigmo, redactor de un conocido diario balompédico de la capital, está dispuesto a lo que sea con tal de no pagar una multa de 600 tazos por exceso de velocidad que le dejaría el carné con menos puntos que la Venus de Milo jugando al pinball. Incluso a echar mano de los expertos photoshopistas que trabajan para su diario, borrando las líneas del campo o los jugadores que hacen feo en sus fotos.
La contraprueba aportada por don Alonso en el recurso muestra claramente que, «circulando a los 213 km/h que aventura el radar, cumplía con un margen generoso la velocidad máxima permitida por la señal que puede verse en la imagen». El texto del recurso añade que «intentar multarme cuando tan evidente es el amparo de la legalidad sólo puede responder a un afán recaudatorio de Tráfico que su misma tecnología les reprocha, puesto que, junto a los datos de la foto, el mismo radar apuntó, como para acordarse, NO MULTAR.»
Pese a la solidez de los argumentos, las sospechas de juego sucio no escaparon a la sagacidad proverbial de la policía de tráfico. Quizá jugó en contra de don Alonso que el becario de redacción que se encarga de estos menesteres tuviera dermatólogo ese día y se limitase a darle unas lecciones rápidas de Photoshop, lo que explicaría la mayor tosquedad de este retoque en cuestión, solo observable por ojos expertos.
Pese a los reproches, Alonso Borborigmo asegura que, si tales prácticas son comunes en la prensa deportiva, deberían serlo aún más en su vida personal: «Lo de la ética periodística aún tiene algún valor, para los carrozas de la profesión; pero ¿ética en la conducción? ¿Dónde se ha visto eso?»