Apocalypse in Europe II
Explosión en un cementerio nuclear: ¡Los residuos se revuelven en sus tumbas!

Nimes. -- Ayer lunes, mientras las bolsas amenazaban con hundir Europa, una alarma nuclear en Francia amenazó a su vez con ahorrarnos la agonía proporcionándonos una muerte rápida: en un cementerio nuclear en Nimes, sureste de Francia, hubo una explosión en un horno de combustión de residuos que ha bastado para que el síndrome de Fukushima hiciera ensuciar su ropa interior a todos los ciudadanos en diez departements a la redonda.
A media tarde las autoridades francesas aclararon que la cosa no era más que un accidente industrial «muy trágico» (un obrero perdió la vida), pero que no había fugas radioactivas ni peligros de ciencia-ficción en general. O sea, que todo va bien. Que es lo mismo que nos habrían dicho aunque una nube radiactiva del tamaño de Tejas les estuviera dando collejas, claro; pero se ve que esta vez es verdad. Fíjense en el lenguaje corporal. Hay que diferenciar entre «todo va bien» (con solemnidad), «todo va bien» (con sonrisa de plástico y pasaporte asomando del bolsillo de la americana) y «todo va bien», dicho con la resonancia de la máscara antigás.