Encuentra el Punto G a su mujer jugando a Pokémon Go
«No tenía mucho interés, pero la app marcaba que había un Pokémon legendario ahí dentro», comenta el entrenador Pokémon.

Llega la marabunta de Pokemon Go. En breve, las calles, los museos y cientos de huecos de alcantarillas abiertas se llenarán de gente despistada buscando como locos con su smartphone. Pero todo no son pegas, y si no, que se lo pregunten a Jacinta Miravete.
Jacinta, casada desde hace más de treinta años con Manuel, llevaba una vida aburrida, gris y sin orgasmo alguno, hasta que su marido comenzó a jugar a Pokemon Go por recomendación de uno de sus nietos. Una coincidencia con la localización GPS de su lecho conyugal provocó que Manuel se dedicase a buscar con ahínco sobre su mujer; siempre esperando encontrar el Pokémon legendario que prometía la app.
“Al principio no me fiaba, porque (según yo lo veía) aquello parecía más un Cloyster que un Mewtwo”-comenta Manuel- “pero seguí buscando por dentro. Y yo no sé si encontré un Pokémon legendario, ¡pero aquello era tipo fuego, agua y eléctrico a la vez!”
Jacinta, hoy reconvertida en una entusiasta de las nuevas tecnologías, asegura estar en deuda con Nintendo: "este juego de me ha dado la vida. Antes gastaba más electricidad con el vibrador que Pikachu con un ataque Rayo ", comenta agradecida. Pero Jacinta no se conforma con su cama y ya busca nuevas localizaciones para dar mucho más intríngulis a su vida amorosa. Por otro lado, Manuel sigue intentando conseguir el Pokémon legendario, dos o tres veces al día, para agrado de su mujer y fastidio de sus vecinos.